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sábado, 30 de junio de 2012

CAPITAL SOCIAL Y REDES SOCIALES

El capital social, tal y como lo entendemos en relación a las redes sociales, consiste en una serie de recursos que los individuos pueden obtener a partir de las estructuras de las redes sociales. Dos de los recursos más importantes que puede obtener todo individuo en red son: la información que fluye en las redes y las obligaciones de reciprocidad que pueden generarse de la confianza mutua entre los agentes de una misma red. 
Estos dos aspectos del capital social, información y reciprocidad, están íntimamente relacionados con las estructuras de las redes, por lo que es importante la estructura de las redes sociales que pueden generar capital social que puede producir beneficios tanto públicos como privados. Es importante el señalar que el capital social no son redes sociales pero sin redes sociales no hay capital social, al mismo tiempo, el capital social no siempre produce beneficios, sino que también puede crear perjuicios.
Las sociedades que poseen redes sociales con elevados niveles de capital social tienen menos problemas que otras sociedades deficitarias en redes sociales. Las redes sociales y el capital social que se puede generar desde dichas redes nos protegen contra diversas patologías sociales: la delincuencia, la pobreza, el oportunismo político, el descontento o las dolencias físicas y mentales que pueden sufrir los individuos, entre otros muchos aspectos; con lo que podemos afirmar que su declive, no origina, pero sí permite los problemas sociales.
Podemos definir el capital social como una serie de recursos que se invierten en "relaciones sociales" con la esperanza de adquirir ciertas ventajas, con lo que podemos afirmar que los recursos sociales están en las redes sociales, y sólo se pueden acceder a ellos a través de las conexiones sociales. Podemos pues decir que los recursos sociales, tanto por cantidad como por calidad, pesan más que los recursos personales en su utilidad potencial para los individuos.
El capital social son una serie de recursos en los que se invierte para obtener beneficios, pero a diferencia del capital humano que representa una inversión en conocimientos y habilidades, el capital social implica una inversión en redes sociales. Los recursos disponibles en las redes sociales puede mejorar la acción de los actores de dos maneras: primero, proporcionando información muy útil sobre las necesidades del mercado y sobre las diferentes oportunidades para los actores; y en segundo lugar, reforzando la identidad, el reconocimiento y la confianza necesarias para mantener la salud física y psíquica de dichos actores. 
Se puede definir el capital social también desde un punto de vista no estructuralista, sino culturalista, como un fenómeno subjetivo y difícilmente medible, constituido por un conjunto de valores y actitudes que poseen los ciudadanos y que determinan como se comportan unos con otros. Esta serie de valores se refieren a virtudes cívicas: fraternidad, confianza generalizada o la cooperación. Y las sociedades que posean tales actitudes serán unas sociedades más sanas y más abierta que otra sociedad que no las posea. 
El desarrollo del concepto de capital social y su actual influencia en las ciencias sociales se debe fundamentalmente a las investigaciones de Pierre Bourdieu, James Coleman, Nan Lin y Robert Putnam, que definen el capital social como un conjunto de recursos disponibles para los individuos derivados a su participación en redes sociales. 
Otro día estudiaré el Brokarege y el Closure de las redes sociales.
Aquí os dejo este interesante vídeo: De dónde provienen las buenas ideas, de Steven Johnson








sábado, 2 de junio de 2012

STANLEY MILGRAM


El Dr. Stanley Milgram (1933-1984) fue un psicólogo y sociólogo, graduado en la universidad de Yale, muy conocido por sus experimentos sobre la obediencia a la autoridad. La investigación llevada a cabo por Milgram demostró el peligro que encerraba la predisposición de los sujetos a obedecer y cómo esta actitud llegaba a despojarlos de su conciencia y sentido de responsabilidad frente a los actos que cometieran. En el epílogo del artículo de publicación de su experimento, decía que lo peligroso no era el autoritarismo sino el principio de autoridad en sí mismo porque, refiriéndose a la guerra contra Vietnam, las matanzas de civiles indefensos eran llevadas a cabo por personas corrientes, transformadas por la obediencia a la autoridad: "Medidas terribles como el uso de  napalm  contra civiles en Vietnam, la destrucción de la población india americana y otras atrocidades, tuvieron su origen en la autoridad de una nación democrática." Con la complicidad de la mayoría silenciosa.
La teoría germinal del desarrollo de plataformas para la creación de Redes Sociales en Internet parte de la teoría de los Seis Grados de Separación. Esta teoría fue expuesta mediante intuición inicialmente en el año 1929 por el escritor Frigyes Karinthy, como vimos en su post, dentro de un relato corto denominado Cadenas. Según la teoría del escritor, el número de conocidos de una persona crece exponencialmente siguiendo un número de enlaces de una cadena que serían las relaciones humanas. De este modo, sólo sería necesario un pequeño número de enlaces para conectar cualquier persona con el resto de la población humana.  
Pero no fue hasta 1967, cuando el sociólogo de la Universidad de Harvard, Stanley Milgram trató de comprobar la teoría realizando un experimento que se fundamentaba en el envío de cartas postales.  
Teniendo presente que una red social comprende a un conjunto de gente con un patrón de interacciones entre ellos, Milgram diseño un experimento en el que trató de que una serie de sujetos dispersos geográficamente (Primero en Omaha, Nebraska y posteriormente en Wichita, Kansas) intentasen enviar una carta a un compañero suyo en Boston. La condición consistía en que a las personas que enviasen las postales debían conocerlas personalmente. Además, uno de los objetivos consistía en que las cartas llegasen lo más pronto posible y una vez que las cartas comenzaron a llegar a su destino, Milgram trazó su recorrido y la red de contactos, llegando a la conclusión de que eran necesarios seis pasos para interconectar a cualquier persona dentro de Estados Unidos. 
A pesar de no poder demostrar la teoría de forma matemática, se han desarrollado numerosos conceptos a partir de ella, como el popular Número de Erdös o, más recientemente, en el libro Six Degrees: The Science of a Connected Age del sociólogo Duncan Watts. En este libro, Watts, profesor de la Universidad de Columbia, expone el experimento que llevó a cabo en el año 2001 cuando intentó repetir la comprobación de Milgram aunque para esta ocasión el medio utilizado fueron correos electrónicos. De esta manera, Watts envió un correo electrónico en el que urgía que fuese reenviado por los destinatarios a sus contactos para comprobar cuánto tardaba en volver al primer emisor.  Finalmente, el mensaje fue reenviado a 48000 personas a lo largo de 157 países, lo que llevó al investigador a aventurar que la media de intermediarios entre una persona cualquiera y otra a nivel mundial era de seis.

Para saber más ver el vídeo: El poder de los seis grados de separación.